¿DONDE ESTÁN LOS LÍMITES?

Como seres completos, todos somos tóxicos de masa gris y nutrientes de amor. Todos jugamos a ese rol de transformación constante a base de compartir experiencias los unos con los otros. Respetando el respeto hacia nosotros mismos (viva la redundancia!!!), tomemos el mando de nuestra conciencia para vaciar la toxicidad repetitiva que ya no nos beneficia a nuestra salud. Busquemos nuestro equilibrio y así contagiemos a los demás en nuestro marco de reciclaje consciente en forma de bienestar. Usemos nuestros límites a partir de nuestro amor propio!!! Y si es necesario, si no hay transformación en el otro en el momento deseado, soltemos por amor!!!

Todo se brinda, todo es perfecto!!!

 

 

Un abrazo,

Rebeca


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