Amor de Origen / 33

Nacimos del mismo Sol saliendo del mismo útero de la misma Madre Cósmica a través de su gran agujero negro… Nos cuida la misma abuela Luna y nos iluminan las mismas estrellas… 

Somos el mismo Ser que de una misma célula decidimos dividirnos en dos esferas iguales para experimentar la máxima expresión de nuestro mismo amor como llamas gemelas, siendo almas completas y libres.

Por separado vivimos en diferentes mundos, planetas y constelaciones. Vivimos diferentes vidas humanas. De las primeras juntos, aún recordábamos la pureza y la inocencia del amor sabiendo nuestro origen cósmico. Para nosotros la unión en la tierra es experimentar los tiempos de creación en la materia, sabiendo de nuestra divinidad en unidad. Jugando como niños con nuestra magia e imaginación de la misma fuente… Disfrutando de una vida muy longeva gracias a una sexualidad creadora, donde el divino masculino abre las puertas de las múltiples dimensiones para que la divina femenina acceda a la información de las estrellas transfiriendo códigos de geometría y color. Para luego él plantarlos como semillas en el huerto de nuestro hogar en la Tierra, dentro de los cristales de Gaia y juntos mantener la frecuencia de las rejillas planetarias, en conexión con las bibliotecas de toda la galaxia llenas de amor y sabiduría.

En esos inicios, llegó la desconocida energía pensamiento de la manipulación y la codicia, que nos llevó a caer en ciclos del olvido por eones de nuestra existencia. Perdiendo el norte de nuestro origen… Desde entonces, por cientos de veces lo seguimos intentando en cada reencarnación por separado. Hallando la fórmula cuántica que reúna los hilos de nuestro amor en pedazos. Hasta en esta vida presente, donde decidimos brindar de nuevo por la gran lotería que se nos concede con la afortunada serendipia de entre 8.000 millones de personas, el reencuentro físico en la Tierra para recordar y remembrar nuestra historia de amor en unidad. 

Observando la parábola como algo tan complejo y sencillo a la misma vez, en el tiempo eterno, se reduce a nuestro ego… tirando todas las falsas creencias como vendas por el suelo, abriéndonos los ojos del corazón al amor!!! Tras nuestro encuentro, aún y sintiendo una conexión muy especial, seguimos por un tiempo jugando al rechazo mutuo no sabiendo comunicarnos con tanto amor inefable. Ambos no aceptando uno del otro lo que en realidad nos une, el cielo y la tierra en nosotros. Inconscientemente, yo volando por los aires buscando entre dimensiones no entendiendo el amor en la tierra y tu corriendo entre montañas pisando a cada paso miles de cristales rebotando el amor en los cielos. Ambos buscando el mismo resultado matemático, que se haya en la balanza de nuestro centro corazón en armonía.

Hasta observar el autosaboteo y autoengaño del pensamiento del personaje humano… que nos separó de nuevo con la pequeña escusa que los caminos nos llevan a diferentes vidas, uno por ser «más terrenal» y otro por ser «más espiritual», olvidando que somos un ser divino con dos expresiones de experiencia humana con un mismo motor. Siendo nuestro punto más opuesto a traspasar para… RECORDAR QUE NO SOMOS DIFERENTES, SOMOS IGUALES con características diferentes, como causa y efecto de la propia experiencia creada para encontrarnos en el reflejo de un MISMO ESPEJO DE AMOR PURO EN FUSIÓN HACIA LA UNIDAD! 

Mi Alma te ama, Somos uno cogidos de la misma mano del Ser!!!

Rebeca

AMOR 11_11… R&J 20/11/2020


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