Camino hacia la nueva realidad 0.0

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Mis ojos están bien abiertos, no hay mayor regalo que el poder ver con los ojos del corazón. Caminando por la calle, sentados en una terraza, pedaleando sobre la bicicleta, en medio de la naturaleza, en un local de copas, en cualquier lugar… observo y todo me habla, hasta el silencio. Hay instantes en los que me puedo ver reflejada en todas las cosas y ver la inmensidad de la Vida, desde un grano de arena hasta más allá de la estratosfera. Semanas atrás con un amigo del alma, entre risas hablábamos de nuestra percepción de la verdad y la mentira y por momentos nos reíamos de nuestra esencia cósmica no dejando de ser humanos. Para mi, ese instante entre carcajadas y seriedad, fue el de una niña con los ojos como platos cuando le dicen que Papa Noel no existe, ¡si nena eres extraterrestre!! Lo somos!! (risas).

Cuando despertamos del sueño colectivo, podemos ver dentro y fuera de él, la diversidad de realidades que nuestro mundo circundante nos muestra como extensos espejos. ¿Qué significa esto? Cuando salimos del piloto automático que mueve las grandes masas, empezamos a cambiar de perspectivas y despertamos nuevas realidades, comenzamos a ver que la gran mayoría de las cosas que compartimos a diario con nuestro alrededor es una gran mentira. ¿Que es mentira? todo aquello que nos aleja de nuestro verdadero ser, cuerpo, alma y espíritu. Por ejemplo: la preocupación por la estética, como nos socializamos en las redes mostrando lo cool que somos y hagamos oídos sordos a nuestros problemas en casa o a mayor escala, que un país estén pasando hambre, otros en guerra y que la política o educación nos lleven a la separación, etc. Cuando al otro lado estamos creando opuestos, en grandes superficies se tire cantidades de comida a raudales, hayan ricos muy ricos, destrocemos la tierra con superproducciones en masa y otros no sepan donde meterse buscando su paz individual, etc. ¡Todo es egoísta y carece de estima!!

Toda esta diversidad y disparidad no deja de ser parte de nosotros mismos, lo creamos entre unos y otros, nada es ajeno, nadie vive aislado en este mundo. Es parte de la fractalidad, del desdoblamiento, de la dualidad, de la unidad… porque todo tiene una razón de ser. La vida por naturaleza nos muestra la coexistencia de los valores opuestos para darnos cuenta que TODO es complementario y TODO está unido. Dios bendijo a Adam y Eva con sus palabras, creced y multiplicaos. Para mi sentir, no solo proclamó la ley de un crecimiento individual sino además su multiplicación social. ¿Dónde quiero llegar con esto? cuando individualmente más nos alejamos de nuestro centro 0.0, más nos alejamos en múltiplos de la verdad. ¿Qué nos lleva a nuestro centro individual? Usar nuestra sensibilidad para amar y escuchar a nuestro cuerpo físico con una buena alimentación, respirar calma para reducir y no darle fuerza a pensamientos innecesarios o pesados. Caminar por la naturaleza. Equilibrar nuestras energías femenina y masculina. Tener una sexualidad plena propia. De esta manera logramos mayor equilibrio mente-corazón y conexión cuerpo-alma-espíritu. Lo que nos lleva a una sensibilidad de crecimiento social hacia los demás con mayor honestidad, transparencia, respeto y comprensión de un bien común. Es la ley de oro, no quieras para los demás lo que no quieras para ti.

En la perfección de todo esta maquinaria dual es aprender a observarnos y empatizar en todo lo que nos envuelve en nuestro vortex para hallar nuestras carencias y excesos y así acercarnos a nuestro equilibrio 0.0. De la manera más simple, cogiendo y moviendo los hilos que tenemos más cercanos en nuestro instante presente y dar el siguiente paso a seguir con seguridad y coherencia alineados a nuestro sentir, actos y pensamientos. Es abrirnos a un cambio de ser auténticos, para dar y recibir lo que realmente somos, demos fuerza a atraer lo que amamos. Es hora de dejar ir viejas identificaciones y vibrar memorias densas pasadas de miedo, esfuerzo, sufrimiento, dolor, etc. o dejar de perdernos en el abanico de las infinitas posibilidades futuras porque nos alejan de la acción a nuestro propósito. Seamos prácticos, movámonos en la naturalidad de sostenernos en el aquí y ahora, demos lugar al cambio individual y así hacia lo colectivo. Desde el centro 0.0 la dualidad se reduce a 0, cero no es divisible y todo múltiple de cero es cero. ¿Qué significa? cero es nuestro centro, es un pilar diamante en nuestro pecho que ya no se rompe, es ser y estar en plena alineación. Es decir, es ser el antídoto a la expansión de una humanidad desmesurada. Si vibramos sin dualidades y juicio expandiremos múltiplos de nosotros mismos reduciendo todo a 0. Es volver a darle la vuelta al calcetín hacia la unidad, el origen. Creemos y manifestemos juntos esta nueva realidad, el experimentar la vida en cuerpo, alma y espíritu, el ser realmente uno sin más mentiras. La verdad ya no se puede omitir, no nos engañemos!!

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Un afectuoso abrazo desde el corazón,

Rebeca


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